miércoles, enero 20, 2010

ELECCIONES, ESPIA y SATELITE

Publicado en El Comercio el sabado 16 de Enero del 2010 en la seccion RINCÓN DEL AUTOR

Por: Hugo Guerra

Resulta irrelevante para nosotros quién resulte elegido presidente en Chile mañana. Más allá de sus diferencias domésticas, Frei y Piñera poco difieren en su ruda visión sobre el futuro de la relación bilateral con el Perú.

Ambos transitan por la tradición portaliana desde la cual Chile busca la expansión hegemónica hacia el norte. La continuidad en esa orientación —que ni siquiera cedió en época de Allende— tiene pocas variantes, porque dependiendo de las circunstancias de cada gobierno se enfatiza más el expansionismo en lo económico-comercial o en lo militar.

Desde mediados del siglo XIX los militares han dado seguimiento a la política de Estado chilena, al punto que la administración estatal está bastante militarizada y orientada al mantenimiento de estrategias bélicas bien apertrechadas y muy sofisticadas tecnológicamente.

Ejemplo de tal continuidad es el desarrollo satelital que está a punto de darle la supremacía militar regional definitiva a Chile. A mediados del próximo mes entrará en operaciones el satélite SSOT que fue construido en Toulouse, Francia, por la European Aeronautic and Spaces Company-Astrium a un costo de aproximadamente 70 millones de dólares. El lanzamiento se realizará desde el centro aeroespacial de Kourou, Guyana Francesa, a bordo de un cohete Soyuz. Ese satélite será controlado desde la base FACH El Bosque, ubicada a 15 kilómetros al sur de Santiago.

El proyecto no es reciente. En 1995 falló la puesta en órbita del satélite Fasat-Alfa. En 1998 y el 2000, desde el cosmódromo ruso de Baikonur, se lanzaron cohetes FACH Fasat-Bravo. Hoy está en curso el proyecto militar Aurora que, como dice su autor, el astrofísico Rolando Hernández, “tiene como idea manejar varios tipos de satélites…”. A eso se añade el avión espía Cóndor que ya controla un espectro electromagnético en 600 kilómetros a la redonda de su ubicación.

El nuevo satélite monitoreará todo Chile para fines civiles y tendrá muchas aplicaciones policiales y militares, como espiar a nuestro país. De hecho, el SSOT circunvolará el espacio peruano tres veces diariamente obteniendo fotografías blanco y negro con una visión cercana a un metro cuadrado por píxel y de unos cuatro metros cuadrados para imágenes multiespectrales. Así, cada tres días podrá tomar 1.800 fotografías de alta definición y detalle de objetos de 45 centímetros o más. Por tanto podrá detectar cualquier movimiento estratégico peruano con total antelación, lo que sumado a los equipos de sus poderosísimas FF.AA. lo convierte en un terrible enemigo.

Debemos, entonces, definir como objetivo nacional de defensa la adquisición de nuestro propio satélite militar; y hasta que eso sea factible dotémonos de un sistema de seguimiento de la órbita satelital para consolidar una “sombrilla electrónica” que reflecte los equipos y deslumbre al SSOT y minimice su capacidad de espionaje. Y de acuerdo a la experiencia de la guerra del Cenepa compremos también aviones pequeños no tripulados para reconocimiento aéreo (UAV).

La alerta está dada. Actuemos ya y no nos lamentemos luego.

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